Pedro Bedón y Díaz de Pineda (Quito, 1551 – Riobamba, 1621), llamado comúnmente fray Pedro Bedón, fue un fraile y pintor español de la Escuela Quiteña de arte que nació y vivió en la colonia americana de la Real Audiencia de Quito. Nació en 1551 en la ciudad de Quito, capital de la Real Audiencia homónima, como hijo legítimo del matrimonio conformado por Pedro Bedón y González de Agüero y Juana Díaz de Pineda, hermana del conquistador español Gonzalo Díaz de Pineda. Ingresó a los 12 años de edad a la comunidad de los dominicos en su ciudad natal, para después viajar a Lima para estudiar teología y filosofía. Fue alumno de los pintores italianos Bernardo Bitti y Angelino Medoro. En 1586 regresó a Quito y fue profesor de Teología y Arte. En 1592 apoyó al pueblo en la Revolución de las Alcabalas, fundamentando su actitud en los textos de Tomás de Aquino, por lo que fue desterrado a Bogotá y Tunja en 1593. ​En 1605 solicitó al Presidente de la Real Audiencia de Quito, Don Miguel de Ibarra la fundación de la ciudad de Ibarra, y el 28 de septiembre de 1606 dirigió los actos solemnes correspondientes a esa fundación. Misionero y maestro de novicios fundó el convento de la Recoleta en Quito, y los de Riobamba e Ibarra. Destacó también como pintor muralista de la Colonia y en 1617 fue nombrado Provincial de su Orden. Según noticias que se tienen, fray Pedro Bedón escribió algunas obras de importancia, pero la mayor parte ellas, lamentablemente ha desaparecido. Entre las que se conservan, es notable una «Vida del Padre Cristóbal Pardavé». Como artista de delicada sensibilidad, el padre Bedón creó obras de inigualable belleza, una de ellas es la «Virgen de Chiquinquirá» que está ubicada en el Monasterio de Santa Clara, en Quito, así como también la «Virgen del Rosario de la Peña» en la parroquia rural de Pungalà perteneciente al cantón Riobamba . «Pintor vigoroso y expresivo como lo demuestran sus cuadros murales y su impresionante «Vida del Beato Enrique Susón», así como sus viñetas ejecutadas para los libros cantorales del Convento de Santo Domingo de Quito, fray Pedro Bedón fue llamado por el pueblo el «Padre Pintor». Sus pinturas adornaron los claustros de San Pedro Mártir, de la Recoleta de Quito y del Rosario de Santa Fe, y se pueden considerar como los primeros frutos del arte indohispánico».

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Rafael era uno de los artistas que pintaba a algunos seres humanos con seis dedos. Esto se debía a la creencia renacentista de que las personas que tenían seis dedos poseían un sexto sentido, a través del cual podían prever el futuro. Un ejemplo es su cuadro “Madonna Sixtina”, en el que la figura de San Sixto tiene pintado un dedo más.

las personas que tenían seis dedos poseían un sexto sentido

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La Escuela Quiteña alcanzó su época de mayor esplendor entre los siglos XVII y XVIII, llegando a adquirir gran prestigio entre las otras colonias americanas e incluso en la corte española de Madrid.

También se la considera como una forma de producción y fue una de las actividades más importantes desde el punto de vista económico en la Real Audiencia de Quito.

La fama de este movimiento alcanzó tanto prestigio, incluso en Europa, que se dice que el rey Carlos III, refiriéndose a la escuela quiteña y a uno de sus escultores en concreto, expresó:

No me preocupa que Italia tenga a Miguel Ángel, en mis colonias de América yo tengo al maestro Caspicara.

Rey Carlos III

Fuente: ​Wikipedia

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