El significado de la palabra noche es Absolutamente fascinante.

Si no sabes el origen y el significado de la palabra Noche, aquí la explicación:

En muchos idiomas europeos la palabra Noche está compuesta por la letra “N” y seguida del número 8 en cada uno de los idiomas de cada país.

La letra N es el símbolo matemático de un número elevado y el número 8 (acostado) simboliza el infinito.

De esta manera en todos los idiomas Noche significa “la Unión con el Infinito (N+8)”.

Cuando se descubrió este hecho, es obvio que no comprendimos cómo no lo habíamos notado antes …

aquí hay algunos ejemplos:

PORTUGUÉS:
noite = n + oito (8)

INGLÉS:
night = n + eight (8)

ALEMÁN:
nacht = n + acht (8)

ESPAÑOL:
noche = n + ocho (8)

ITALIANO:
notte = n + otto (8)

FRANCÉS:
nuit = n + huit (8)

Latín:
N + octem (VIII)

En Griego:
Niktos=n+Okto (8)

Ocho horas de sueño en que accedes y conectas con el infinito y si además te propones estar lúcido en tus sueños, no se puede pedir más.
Consciencia infinita llevada a otros planos de realidad.

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Fue el legado de la “Escuela Quiteña” trasmitido por el escultor imaginero Xabier Miranda y por el último referente del arte quiteño el riobambeño José Domingo Carrillo a Daniel Reyes, quien con el interés de sus hermanos, Luís y Fidel, plasmaron su visión vanguardista, con la creación del “Liceo Artístico” en 1884 como un centro de formación y capacitación profesional en las artes y oficios, donde se formaron grandes escultores imagineros, que a su vez, se constituyeron en los difusores de este arte en la población y en la región con sus discípulos y sus talleres. La parroquia, históricamente se ha caracterizado, por que las pasadas y nuevas generaciones lograron alcanzar una alta concepción estética junto a una depurada técnica, especialmente en la escultura religiosa tradicional, destacándose, no sólo por la habilidad, sino por la consagración del principio de inhibición de la sensualidad en las imágenes, cuyo fin espiritual es estimular la fe religiosa, a través de representaciones escultóricas de personajes bíblicos o terrenales, claros referentes de santidad. El escultor imaginero de San Antonio, concibe a esta forma de expresión artística con una función mística, y evita sutilmente que los feligreses sean distraídos por determinados estímulos visuales en sus imágenes, consecuentes con la rigurosidad litúrgica, y establece un equilibrio armónico entre el idealismo y el realismo, es evidente en el arte religioso de la población, su profunda sensibilidad barroca, al evocar en profundidad en sus esculturas religiosas, las visiones de la muerte, la miseria, el heroísmo y la gloria, cuyo logro es representar magistralmente en los temas bíblicos, la transición de la muerte a la resurrección, escenificado por el tormento con sangre derramada, y es precisamente en estos contenidos que radica su fuerza expresiva; es necesario también recalcar, el delicado refinamiento logrado por los artesanos en la policromía en su concepción, como en su ejecución, cuyas características, se aproximan a la plenitud del arte Quiteño del siglo XVIII. Indiscutiblemente, el escultor imaginero de la localidad es un genuino artista religioso, en la medida que concibe a sus obras con mucha sinceridad, con ternura y prolijidad, y logra interrelacionar en sus creaciones, la ensoñación estética con la mística, imprimiéndole a su producción, belleza expresiva en sus formas, cuyo logro definitivo, es el depurar no sólo el oficio, sino la profundización en el concepto de el arte religioso, en el cual objetivamente plasma sus visiones místicas, dotándola a sus imágenes y en los rostros en particular, una proyección de celestial serenidad y divinidad, características propias de personajes bíblicos incorruptibles, impolutos; y que junto a seres terrenales que trascendieron en santidad, interactúan entre la humanidad y el supremo creador. Entre otros, este es el potencial artístico de la Parroquia de San Antonio de Ibarra como heredero directo del arte quiteño. Definitivamente las expresiones artísticas de los pueblos, enriquecen el patrimonio tangible e intangible de la cultura. Es deber del estado el cuidar la memoria cultural no solo de nuestra querida parroquia sino del país en general.

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